Los niños son, en muchas ocasiones, las personas más sinceras que existen. Dicen lo que piensan sin sentir remordimiento. ¿Has tratado de complacer a un niño solo para que te pida más? ¿O te pide algo mejor? Pero eso no es malo es sí.
Los cristianos, una vez nos empezamos a congregar en la iglesia, y empezamos a asistir regularmente los fines de semana, podemos llegar a preguntarnos ¿y ahora qué?
Sí, estamos seguros de que Dios nos ama y nos salvó.
Sí, estamos seguros de que Jesús murió en la cruz por nuestros pecados y nos ha dado una nueva vida.
Sí, sabemos que el Espíritu Santo está con nosotros todo el tiempo y nos ayuda a vivir en santidad.
Pero ¿y ahora qué?
¿Es esto ser cristiano? O ¿hay algo más?
Sí, hay algo más que solo venir los fines de semana. Sí hay algo más que disfrutar del servicio, de la adoración a Dios, de aprender de la Palabra y salir edificados.
Hay algo más. Hay alguien más. Hay muchos más.
En Hechos 2:42 se dice que “Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración. 43 Todos estaban asombrados por los muchos prodigios y señales que realizaban los apóstoles. 44 Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común: 45 vendían sus propiedades y posesiones, y compartían sus bienes entre sí según la necesidad de cada uno. 46 No dejaban de reunirse en el templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad, 47 alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos.”
Esto nos enseña que los cristianos debemos mantenernos firmes en las enseñanzas de la Palabra, firmes en la comunión, firmes en el partimiento del pan, firmes en la oración; debemos estar juntos y procurar tener todo en común, si alguien tiene en necesidad, la comunidad de creyentes debe velar por su bienestar.
Esto se logra cuando nos involucramos, cuando dejamos la comodidad de venir solo a un servicio el fin de semana, sino que venimos a más servicios, no a recibir, sino a dar.
Servir es lo que identifica a un discípulo de Jesús; Jesús vino a servir y no a ser servido.
Por lo tanto, ¿y ahora qué? Ahora que has estado firme en las enseñanzas de la Palabra, es tiempo de servir, es tiempo de dar de lo mucho que has recibido.
En La Fráter tenemos muchos ministerios donde puedes poner al servicio de Dios tus dones, y siempre necesitamos que más personas nos involucremos en el servicio.
Los requisitos para servir son sencillos: Cursar la Facultad de la Fe y Liderazgo y tener un corazón agradecido con Dios.
Estudiar en la Facultad de la Fe y Liderazgo, solo debes apartar 1 hora cada semana para aprender a cómo servir con excelencia en la iglesia. Puedes estudiar en clases virtuales o presenciales. Inscríbete dando clic aquí:
Una vez te gradúes del Primer Nivel, podrás servir en uno de los más de 30 ministerios que hay en La Fráter; para conocer de esos ministerios visita www.servirenlafrater.org.
Así que, ahora es tiempo de servir, de ayudar, de guiar a otros a los pies de Cristo.