Seguramente Dios ha hablado a tu corazón y has podido experimentar su presencia. Eso te ha llenado tanto que tienes mucho que contar de lo que estás viviendo.

Muchas personas que conoces necesitan de Dios, pero ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? ¿Y quién predicará sin ser enviado? 

Considera estas tres maneras de compartir lo que Dios está haciendo en tu vida:

Escribe al respecto.

Muchas veces algunos llevamos un diario, los más tecnológicos un blog, o simplemente en tus redes sociales. Cuenta las lecciones aprendidas a través de la Palabra de Dios.

Vive el cambio.

Estamos en un proceso de transformación. Dios nos está cambiando y eso debe notarse. Claro, no todos los cambios son inmediatos, pero no te des por vencido. Tómate de la mano de Dios y sigue caminando por donde él te está guiando.

Invita a alguien a las actividades del proceso de discipulado

En La Fráter estamos comprometidos con proveer de todo lo que se necesite para que cada persona tenga una relación personal con Dios. El proceso de discipulado es una herramienta que puedes usar para compartir lo que Dios ha hecho en tu vida.

Así que, ¿qué harás para que más personas conozcan lo que Dios está haciendo en tu vida?